jueves, 8 de noviembre de 2007

Amor


Hubo una vez una isla donde habitaban todas las emociones y todos los sentimientos humanos que existen. Convivían, por supuesto, el Temor, la Sabiduría, el Amor, la Angustia, la Envidia, el Odio...Todos estaban allí. A pesar de los roces naturales de la convivencia, la vida era sumamente tranquila e incluso previsible. A veces la Rutina hacía que el Aburrimiento se quedara dormido, o el Impulso armaba algún escándalo, pero muchas veces la Constancia y la Convivencia lograban aquietar el Descontento. Un día, inesperadamente para todos los habitantes de la isla, el Conocimiento convocó una reunión. Cuando la Distracción se dio por enterada y la Pereza llegó al lugar de encuentro, todos estuvieron presentes. Entonces, el Conocimiento dijo: -Tengo una mala noticia que darles: la isla se hunde. Todas las emociones que vivían en la isla dijeron: -¡No, cómo puede ser! ¡Si nosotros vivimos aquí desde siempre! El Conocimiento repitió: -La isla se hunde. - ¡Pero cómo puede ser! ¡Quizá estás equivocado! - El Conocimiento casi nunca se equivoca- dijo la Conciencia dándose cuenta de la verdad-. Si él dice que se hunde, debe ser porque se hunde. - ¿Pero qué vamos a hacer ahora?- se preguntaron los demás. Entonces, el Conocimiento contestó: - Por supuesto, cada uno puede hacer lo que quiera, pero yo les sugiero que busquen la manera de dejar la isla...Construyan un barco, un bote, una basa o algo que les permita irse, porque el que permanezca en la isla desaparecerá con ella. - ¿No podrías ayudarnos?- le preguntaron todos, porque confiaban en su capacidad. - No –dijo el Conocimiento-, la Previsión y yo hemos construido un avión y en cuanto termine de decirles esto volaremos hasta la isla más cercana. Las emociones dijeron: -¡No! ¡Pero no! ¿Qué será de nosotros? Dicho esto, el Conocimiento se subió al avión con su socia y, llevando de polizón al Miedo, que como no es zonzo ya se había escondido en el motor, dejaron la isla. Todas las emociones, en efecto, se dedicaron a construir un bote, un barco, un velero...Todas...salvo el Amor. Porque el Amor estaba tan relacionado con cada cosa de la isla que dijo: -Dejar la isla...después de todo los que viví aquí...¿Cómo podría yo dejar este arbolito, por ejemplo? Ahhh...compartimos tantas cosas... Y mientras las emociones se dedicaban a fabricar el medio para irse, el Amor se subió a cada árbol, olió cada rosa, se fue hasta la playa y se revolcó en la arena como solía hacerlo en otros tiempos. Tocó cada piedra...y acarició cada rama... Al llegar a la playa, exactamente desde donde el sol salía, su lugar favorito, quiso pensar con esa ingenuidad que tiene el amor: “Quizá la isla se hunda por un ratito...y después resurja...¿por qué no?” Y se quedó durante días y días midiendo la altura de la marea para revisar si el proceso de hundimiento no era reversible... La isla se hundía cada vez más... Sin embargo, el Amor no podía pensar en construir, porque estaba tan dolorido que sólo era capaz de llorar y gemir por lo que perdería. Se le ocurrió entonces que la isla era muy grande, y que aun cuando se hundiera un poco, siempre él podría refugiarse en la zona más alta... Cualquier cosa era mejor que tener que irse. Una pequeña renuncia nunca había sido un problema para él. Así que, una vez más, tocó las piedritas de la orilla...y se arrastró por la arena...y otra vez se mojó los pies en la pequeña playa que otrora fue enorme... Luego, sin darse cuenta demasiado de su renuncia, caminó hasta la parte norte de la isla, que si bien no era la que más le gustaba, era la más elevada... Y la isla se hundía cada día un poco más... Y el Amor se refugiaba cada día en un espacio más pequeño... - Después de tantas cosas que pasamos juntos...- le reprochó a la isla. Hasta que, finalmente, sólo quedó una minúscula porción de suelo firme; el resto había sido tapado completamente por el agua. Justo en ese momento el Amor se dio cuenta de que la isla se estaba hundiendo de verdad. Comprendió que, si no la dejaba, el amor desaparecería para siempre de la faz de la Tierra... Caminando entre senderos anegados y saltando enormes charcos de agua, el Amor se dirigió a la bahía. Ya no había posibilidades de construirse una salida como la de todos; había perdido demasiado tiempo en negar lo que perdía y en llorar lo que desaparecía poco a poco entre sus ojos. Desde allí podría ver pasar a sus compañeros en las embarcaciones. Tenía la esperanza de explicar su situación y de que alguno de sus compañeros le comprendiera y le llevara. Observando el mar, vio venir el barco de la Riqueza y le hizo señas. La Riqueza de acercó un poquito a la bahía. -Riqueza, tú que tienes un barco tan grande, ¿no me llevarías hasta la isla vecina? Yo sufrí tanto la desaparición de esta isla que no pude fabricarme un bote... Y la Riqueza le contestó: - Estoy tan cargada de dinero, de joyas y de piedras preciosas, que no tengo lugar para ti, lo siento...- y siguió su camino sin mirar atrás. El Amor siguió observando, y vio venir a la Vanidad en un barco hermoso, lleno de adornos, cárieles, mármoles y florecitas de todos los colores. Llamaba muchísimo la atención. El Amor se estiró un poco y gritó: -¡Vanidad...Vanidad...llévame contigo! La Vanidad miró al Amor y le dijo: - Me encantaría llevarte, pero...¡tienes un aspecto!...¡estás tan desagradable...tan sucio y tan desaliñado!...Perdón, pero creo que afearías mi barco- y se fue. Y así, el Amor pidió ayuda a cada una de las emociones. A la Constancia, a la Sensualidad, a los Celos, a la Indignación y hasta al Odio. Y cuando pensó que ya nadie más pasaría, vio acercarse un barco muy pequeño, el último, el de la Tristeza. - Tristeza, hermana- le dijo-, tú que me conoces tanto, tú no me abandonarás aquí, eres tan sensible como yo...¿Me llevarás contigo? Y la Tristeza le contestó: - Yo te llevaría, te lo aseguro, pero estoy taaaaaan triste....que prefiero estar sola- y sin decir más se alejó. Y el Amor, pobrecito, se dio cuenta de que por haberse quedado ligado a esas cosas que tanto amaba, él y la isla iban a hundirse en el mar hasta desaparecer. Entonces se sentó en el último pedacito que quedaba de su isla a esperar el final... De pronto, el Amor escuchó que alguien chistaba: -Chst- chst-chst... Era un desconocido viejito que le hacía señas desde un bote de remos. El Amor se sorprendió: -¿A mi?- preguntó, llevándose una mano al pecho. - Si, si- dijo el viejito- a ti. Ven conmigo, súbete a mi bote y rema conmigo, yo te salvo. El Amor le miró y quiso darle explicaciones: - Lo que pasó fue que me quedé... - Entiendo- dijo el viejito sin dejarle terminar la frase-, sube. El Amor subió al bote y juntos empezaron a remar para alejarse de la isla. No pasó mucho tiempo antes de ver cómo el último centímetro que quedaba a flote terminó de hundirse y la isla desaparecería para siempre. - Nunca volverá a existir una isla como esta- murmuró el Amor, quizá esperando que el viejito le contradijera y le diera alguna esperanza. - No – dijo el viejito-, como ésta, nunca. Cuando llegaron a la isla vecina, el Amor comprendió que seguía vivo. Se dio cuenta de que iba a seguir existiendo. Giró sobre sus pies para agradecerle al viejito, pero éste, sin decir una palabra, se había marchado tan misteriosamente como había aparecido. Entonces, el Amor, muy intrigado, fue en busca de la Sabiduría para preguntarle: -¿Cómo puede ser? Yo no lo conozco y él me salvó...Nadie comprendía que me hubiera quedado sin embarcación, pero él me ayudó, él me salvó y yo no ni siquiera se quién es... La Sabiduría lo miró a los ojos un buen rato y dijo: - Él es el único capaz de conseguir que el amor sobreviva cuando el dolor de una pérdida le hace creer que es imposible seguir adelante. El único capaz de darle una nueva oportunidad al amor cuando parece extinguirse. El que te salvó, Amor, es el Tiempo.

lunes, 5 de noviembre de 2007

A currar !!!!


No es que esté para dar saltos de alegría, pero al menos ya tengo parte de mi tiempo ocupado en algo. Creo que puedo decir que me siento afortunada de estar en la empresa donde estoy, en general mis compañeros son geniales ( siempre hay alguna excepción )... y mi jefe, un amor de persona. Por un tiempo, haré mi trabajo desde casa, y, sin horarios !!!!!! Él me pasa todas las llamadas que hay para dar información y eso es lo que voy a hacer, como si estuviera en el curro. Y puedo fumar cuando quiera !!!!!

En fin, que si no me animo yo sola, no me anima nadie.

Me voy a poner a currar un ratillo.

viernes, 2 de noviembre de 2007

Absenta


Por fin salí un poquito de mi encierro. Estarme quieta no es lo mio. Pero la noche del 31 de octubre, quedarme en casa, como que no. No fui de excursión, ni siquiera a bailar. Simplemente a celebrarlo a casa de unos amigos. Pero después de casi 3 semanas de encierro, eso me pareció el paraíso. Mis muletas se han convertido ya en parte de mi. La noche estuvo bien. Nada del otro mundo, pero cuando careces de algo, la más mínima cosa la valoras muchisimo más. En fin, charlas, risas, y... absenta. No suelo beber, no me gusta el alcohol, pero esa bebida, me cautivó. No abusé ni mucho menos... hubiera sido todo un espectáculo bebida y con muletas, pero, me gustó. Ese sabor dulzón, como anisado, creo que incluso hizo que me olvidara del dolor por un buen rato.
Luego, de vuelta a casa, sentir el frío en mis mejillas, sentir la noche sobre mi, fue, indescriptible. Me hubiera quedado un buen rato sintiendo esa sensación. Parecía incluso como si la luna me sonriera diciendome " se te ha echado de menos ".
Ayer todo volvió a la normalidad de mis últimos días, reposo y más reposo. Y a tragar con la programación de la tv.
Me temo que mi pandero se va a resentir de tanta quietud.
En fin, asi es la vida... tendré que inventarme algo para distraerme, y, mi mente, cuando dice de ponerse a trabajar... puede ser muy perversa :)

miércoles, 31 de octubre de 2007

Racismo


Anoche me puse a ver el programa RACISMO, la amenaza en la calle. No pude terminar de verlo. Me indignó y me asustó tanta violencia. Me resulta increíble, como la gente en nombre de unos ideales ( en este caso absurdos ), puede llegar a ser tan cruel. Es cierto que España cada vez está más llena de inmigrantes, que incluso yo, que jamás he sido racista, a veces, yendo en el tren y mirando a mi alrededor, me he sentido yo la extranjera. Pero eso no me da derecho a liarme a palos con el primer negro que me encuentre. Creo que ante todo, somos personas, independientemente de cual sea nuestra raza, religión o creencias. Y como tal, como personas, las hay de todos tipos. Nadie es superior a nadie, es más, yo diría, que esos hijos de puta que se dedican a dar palos a todos aquellos colectivos que no aceptan, son los que tienen el verdadero problema, Deben de sentirse muy inferiores al resto cuando necesitan de la violencia para hacerse notar. Podría extenderme mucho en este tema, podría decir también que nuestra querida justicia, da juego a que exista gente así, gente que sabe que aún dejando tetrapléjico a un negro, se pasea inmune por las calles. Desde aquí, un recuerdo para todos los Miwas del mundo, que simplemente por ser de otra raza, han visto truncadas sus vidas.

El de la foto es un amigo mio, alguien especial, que baila como los Dioses, tiene un cuerpo de escandalo, pero sobretodo, lo que le hace especial, es su gran corazón... y ese creerme es de igual color para todas las razas.

Seamos un poco mas humanitarios, dejemos ya de creer que somos superiores. En esta vida, nunca sabes cuando puedes necesitar de alguien.

martes, 30 de octubre de 2007

Dodge


Me pueden las ganas de salir corriendo, de levantarme de esta maldita silla y de empezar a vivir la vida al limite, como si cada día fuera el último. Tengo la necesidad de subirme en el coche y pisarle fuerte, poner la música a tope y disfrutar de la velocidad. Parar en cualquier arcén de la carretera y respira aire puro. Si todo sale como es previsto, en cuanto me recuperé, este será mi nuevo coche... no esta mal, verdad ???

lunes, 29 de octubre de 2007

En el quirófano


Era el lugar más frío de cuantos había estado ultimamente. No podía dejar de temblar, ya no sentía las piernas por la anestesia, solo un frío exagerado, por lo demás, era consciente de todo. Imagine como en la serie " Hospital Central ", los médicos operando, mientras hablaban de sus cosas o incluso peleaban. Intentaba luchar contra la frialdad del quirófano, perderme en mis pensamientos , evadirme, me daba pánico escucharles hablar sobre como se desarrollaba mi operación, me negaba a mirar el monitor donde se veía mi tobillo destrozado, me negaba a pensar que era yo quien estaba ahí... De pronto dejé de sentir, dejé de tener frío, dejé de tener miedo...

ÉL, estaba conmigo, paseábamos cogidos de la mano, reíamos, sentíamos... jurábamos que ya jamás íbamos a volver a separarnos. Era tan real...

De pronto el médico que me operaba dijo: - Todo ha salido perfecto... y yo aún en mi confusión le conteste: - Te quiero... Vagamente recuerdo que esbozó una sonrisa y me dijo: - Sigue soñando preciosa, mientras te dejo en la sala de rehabilitación...

martes, 23 de octubre de 2007

Dolor en el alma


- Como has sido capaz de aguantar este dolor durante una semana ? exclamó el traumatólogo al visitarme...
- Será que estoy acostumbrada a tragar con el dolor - me limité a contestarle
Ahora mismo me puede más el dolor del alma que cualquier otro que sea físico. Un par de semanas se convierten de pronto en un par de meses o más. Un simple esguince se convierte en una rotura de peroné, en no sé que demonios de los ligamentos y en operación quirúrgica incluida, de esas que te llenan de tornillos por dentro. Y lo peor de todo es que yo no sé estarme quieta, no puedo estar quieta. Necesito moverme, caminar, saltar, correr, brincar... Meses de absoluto reposo terminaran conmigo, lo sé...